En seis días, el 11 de mayo, se cumplen dos meses desde que en Cartagena se confirmó el primer caso de coronavirus. Se trató de una mujer extranjera, de 85 años, quien llegó a la ciudad en un crucero y fue ingresada a la clínica, el 8 de marzo, con dolores estomacales, nada asociado a los síntomas propios de este virus.
Ese mismo día William Dau anunció un toque de queda de 6 de la tarde a 4 de la mañana del día siguiente, esto para evitar que los contagios aumentaran, sin embargo, el 16 de marzo se conoció el primer fallecido por COVID-19 en la ciudad, un taxista, quien habría tenido contacto con muchas personas otras personas, lo que prendió las alarmas en la administración local, quienes de inmediato, junto con el Departamento Administrativo Departamental de Salud (Dadis) iniciaron con los protocolos para evitar que el aumento de casos.
Por lo que en el informe enviado diariamente por el Instituto Nacional de Salud aparecía muy pocas veces Cartagena, sin embargo, al pasar los días, la curva de contagio comenzó a aumentar generando un pánico colectivo, lo que ha hecho que a la fecha se tengan confirmados 375 contagios y 32 personas fallecidas, de las cuales, la mayoría está en un rango de edades de entre los 51 y 60 años.
Esa es la pregunta que muchas personas se están haciendo en estos momentos, debido a que de manera descomunal el número de personas contagiadas ha aumentado, así como el número de fallecidos. Desde un principio se dijo que las personas que se veían más afectadas por este virus eran aquellos mayores de 70 años, por lo que debían tenerse refugiados en casas, sin embargo, las cifras de personas fallecidas demuestran lo contrario.
Un claro ejemplo de personas recuperadas mayores de esta edad, fue la primera mujer contagiada, quien a principios del mes de abril fue dada de alta sin ningún síntoma.
Por lo que preocupa grandemente que sean personas jóvenes las que están falleciendo de este virus, cuyo síntomas principales son la falta de respiración, fiebre y tos seca.
En diálogo con Álvaro Fortich, director del Dadis, explicó que todo se debe a la desobediencia de los ciudadanos, quienes han estado saliendo a las calles sin tener la más mínima precaución para evitar contagiarse.
“La altas cifras de contagio obedecen a que ha aumentado la capacidad de pruebas realizadas, lo que hace que aumente el diagnóstico. También a cierto relajamiento de la población, porque de alguna u otra manera algunos no tienen la capacidad de respuesta y disciplina para estar en casa”, explicó.
Fortich también aseguró que esta enfermedad es de morbimortalidad, lo que se refiere al conjunto de enfermedades mortales que han afectado a una cantidad de personas en un tiempo y lugar determinados, por eso lo mejor es evitar las aglomeraciones.
“Pese al incremento de los casos de coronavirus en los últimos días, los contagios en la ciudad no llegan al pico máximo, por lo que la curva no se está aplanado, ni estabilizando”, comentó.
De los 32 fallecidos en Cartagena, la mayoría tenía entre sus antecedentes médicos que sufrían de hipertensión arterial, algo que en principio se pensaba que no tenía nada que ver, puesto que como este virus afecta principalmente las vías respiratorias, se pensaba que los más afectados serían ellos, pero las estadísticas han demostrado lo contrario.
Ante esto, consultamos con un médico quien nos explicó que esto se debe, según un estudio, a que los pacientes con hipertensión, por lo general, reciben tratamientos que incluyen una proteína llamada Enzima Convertidora de Angiotesina II, la cual se multiplica en el organismo, jugando un papel importante en la presión sanguínea.
“Esta proteína está involucrada en el mecanismo que el coronavirus usa para multiplicarse al interior del organismo, por lo que es posible que esto ocasione mayor gravedad de la enfermedad en pacientes hipertensos. Es una hipótesis que aún no está confirmada y se encuentra en investigación, pero que día a día cobra más firmeza”, explicó la fuente consultada.
Con relación a aquellos pacientes que no registran entre sus antecedentes ninguna comorbilidad, como fue el caso del joven, de 29 años, a quien según sus familiares no le prestaron la atención adecuada, la fuente aseguró que “eso ya es un caso para estudiar, puesto que en ocasiones las personas tienen enfermedades que no se les han desarrollado, cuando ocurren este tipo de fatalidades”.
