La reciente serie de Netflix, «Griselda», ha encendido un debate candente en la esfera del entretenimiento. Producida y protagonizada por la reconocida actriz Sofía Vergara, la trama se sumerge en la vida turbulenta y criminal de Griselda Blanco, la temida narcotraficante colombiana de la década de los 80.
El estreno de la serie ha provocado una mezcla de reacciones encontradas, marcadas por el elogio y la controversia. Mientras algunos elogian la interpretación de Vergara y la recreación de los eventos históricos, otros, particularmente la familia de Griselda Blanco, han levantado críticas contundentes.
El hijo de Griselda, Michael Corleone Blanco, ha liderado las críticas hacia la serie y su representación de su madre. Ha expresado públicamente su descontento, afirmando que la producción se realizó sin consulta previa a la familia y que la caracterización de Griselda como «fea» es inexacta y ofensiva.
En una entrevista con el diario británico Daily Mail, Michael Corleone Blanco defendió la belleza de su madre, contradiciendo la representación de Vergara. Según él, Griselda era conocida como «la muñeca de porcelana» en su juventud, y la serie no refleja adecuadamente su verdadero carácter y apariencia.
Además, Michael está trabajando en su propia versión de la vida de Griselda Blanco, prometiendo una narrativa diferente y más fiel a la realidad. Mientras tanto, el público y los críticos continúan debatiendo sobre los méritos artísticos y la ética de «Griselda», una serie que ha dejado una marca indeleble en la cultura pop y en la historia del crimen en Colombia.
