Durante su intervención en el evento “Acordando y Haciendo: Avances del Proceso de Paz Territorial de Nariño”, el presidente Gustavo Petro hizo un llamado enfático a la juventud colombiana: tomar el relevo generacional del proyecto progresista y continuar con las transformaciones sociales que se han impulsado desde su Gobierno.
El mandatario, que participó en el marco de los diálogos con el grupo armado Frente Comuneros del Sur, aseguró que ha llegado el momento de “entregar el testimonio” de una generación que vivió la guerra, luchó por la paz y participó activamente en la construcción democrática de Colombia.
“El progresismo colombiano debe entender que ya llegamos al final de nuestro ciclo. Ahora es la juventud la que debe recoger el testimonio y hacerlo mejor que nosotros”, expresó el jefe de Estado.
Un relevo con raíces en la historia constitucional
Petro recordó que fue gracias al voto juvenil que se gestó la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, en la que el movimiento M-19, al que perteneció, se convirtió en protagonista político tras su desmovilización. Ese momento —dijo— marcó el inicio de una nueva etapa para el país, aunque no exenta de profundas contradicciones y conflictos.
“Nosotros fuimos testigos de una Colombia en guerra, pero también de la construcción de paz. Ya es hora de ceder el paso a nuevas voces que entiendan este legado y lo proyecten hacia el futuro”, afirmó.
América Latina, esperanza del cambio frente al avance del autoritarismo
En su discurso, el presidente también contrastó el contexto latinoamericano con el europeo. Mientras en Europa —dijo— avanzan movimientos de extrema derecha, en América Latina los pueblos aún creen en el poder transformador del progresismo y de la democracia social.
“Europa envejeció. Hoy la revolución está en las ideas nuevas de los jóvenes latinoamericanos. Aquí, las mayorías todavía votan por el cambio, mientras allá se aferran al pasado”, aseguró Petro, en referencia al auge de fuerzas políticas conservadoras en el Viejo Continente.
Migración, dignidad y soberanía: mensaje directo a EE.UU.
En un tono firme, Petro se refirió también a la política migratoria de Estados Unidos, rechazando el trato indigno que reciben muchos colombianos deportados. Recordó que ningún migrante es delincuente por el simple hecho de cruzar una frontera, y exigió respeto por los derechos humanos.
“Rechazo las cadenas y las esposas. Eso no es justicia, es humillación. Cualquier conversación sobre este tema debe darse entre iguales, sin subordinaciones. Así lo soñaron Bolívar y Washington”, puntualizó.
El presidente insistió en que el diálogo hemisférico debe basarse en la igualdad entre naciones soberanas. “América es la tierra de la libertad, no solo del norte sino también del centro y del sur. Eso es lo que representamos”, declaró.
El mensaje final: libertad como principio innegociable
Para cerrar su intervención, Petro reiteró que la bandera de Colombia —y de toda América Latina— debe seguir siendo la libertad, la justicia y la soberanía. “Lo que está en juego no es solo un modelo de Gobierno, sino el alma de nuestras democracias. La juventud no puede dejarla en manos de quienes niegan su voz”, concluyó.