Una lamentable situación fue captada en video y compartida en redes sociales, donde se observa a una persona con discapacidad siendo cargada por tres hombres, junto con su silla de ruedas, para poder abordar un vuelo desde Barranquilla hacia Bogotá en el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz. Según el denunciante, Juan Gonzalo Botero, esto ocurrió debido a que el avión llegó al puente No. 8, el cual no estaba operativo, obligando a vivir un verdadero «viacrucis» para movilizarse en el terminal aéreo.

«Nos encontramos con la sorpresa de que el puente no estaba funcionando y tuvimos que abordar de forma remota: bajar en un ascensor, colocarme en la silla, y subir por unas escaleras cargado por varias personas. Esta situación es alarmante y pone en peligro la vida de todos, además, las sillas de ruedas no cuentan con correas de seguridad», explicó Botero.

El denunciante expresó su preocupación por depender exclusivamente de la fuerza de otras personas tanto para el ingreso al avión como para su abordaje, cuestionando las millonarias inversiones realizadas en las remodelaciones del terminal aéreo, las cuales no parecen haber tenido en cuenta a la población con movilidad reducida.

Botero, líder gremial del sector ganadero en Colombia, anunció que llevará formalmente esta situación a la Agencia Nacional de Infraestructura y a la Aerocivil para garantizar la movilidad segura de las personas con discapacidad.

Eduard González, presidente de Inclured en el Atlántico, organización que representa a personas con discapacidad en el departamento, señaló que esta situación evidenciada en el video no es nueva en el Aeropuerto Ernesto Cortissoz.

«Hemos alzado nuestra voz, solicitando vigilancia sobre esta problemática que pone en peligro tanto a la persona con discapacidad como a quienes la asisten en condiciones poco seguras», indicó González. Añadió que, como persona con discapacidad visual, también enfrenta dificultades de movilidad debido a la falta de demarcaciones en braille en las rutas del aeropuerto.

González expresó su preocupación por el cambio de administración del aeropuerto y la incertidumbre sobre quién regulará esta situación en el futuro.

En el Atlántico, se estima que hay alrededor de 130 mil personas con discapacidad física, múltiple, sicosocial y cognitiva, quienes enfrentan desafíos diarios de accesibilidad y movilidad.