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“Nosotros creemos que es posible que el país renazca”: Presidente Roy Barreras

En su discurso el presidente Barreras, sostuvo que “venimos a comprometernos a hacer del Estado un sembrador de la cultura de la vida”.

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En un acto muy simbólico, el presidente del Senado de la República, Roy Leonardo Barreras, dio posesión en la tarde de este domingo al nuevo presidente de la República de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, en donde además se juramentó la vicepresidente Francia Márquez Mina.

La juramentación estuvo acompañada de la senadora de la Coalicion Pacto Histórico, María José Pizarro, quien impuso la banda presidencial al presidente de la República.

En su discurso el presidente del Senado, Roy Barreras, hizo un especial énfasis en resaltar la necesidad de cambio que se escogió en el país, como también las voces de consolidar la paz total en el país, para lo cual el Congreso de la República deberá cumplir con compromiso para lo cual fue elegido.

¿De qué historia venimos? De dónde venimos quienes aquí estamos, los colombianos, las colombianas que nos ven. ¿De qué historia venimos? Qué grato sería celebrar este domingo que es un domingo alegre, de fiesta, de cambio, de ilusión, de esperanza, de renacer, sin heridas, sin cicatrices, pero venimos de esas heridas viejas, venimos de esos campesinos, venimos de esos desplazados, de esos desarraigados, de esos desempleados, de esos artesanos, de esos labradores, de esos humildes, de esos abandonados, invisibles y negados que en 200 años de vida republicana no han tenido un Estado que los proteja, un Estado que exista más allá del papel en todo el territorio”. 

Precisó que “lo que nos trajo aquí este domingo, esta tarde, porque esa historia, tanto la de la guerra, la de la ausencia del Estado como la del nacimiento de las ideas de la democracia liberal en estas tierras ha estado siempre presente y sin embargo ese reclamo nunca había sido capaz de convertirse en gobierno popular”.

ACUERDO DE PAZ

El presidente del Senado, en su discurso igualmente indicó que:“¿Por qué esta vez se pudo y antes no? Porque nos atrevimos a construir un Acuerdo de Paz que en su punto 2 en las páginas 35 y 36 de ese Acuerdo final, que tuve el honor de firmar a nombre del Estado colombiano, dice: “La firma e implementación del Acuerdo Final contribuirá a la ampliación y profundización de la democracia en cuanto implicará la dejación de las armas y la proscripción de la violencia como método de acción política para todas y todos los colombianos, a fin de transitar a un escenario en el que impere la democracia, con garantías plenas para quienes participen en política, y de esa manera, abrirá nuevos espacios para la participación”. 

Destacó que “nos atrevimos a mostrarle al mundo y a decirnos, nosotros mismos, que era posible dejar los fusiles después de 60 años de guerra y alzar la voz pacíficamente y entonces la ilusión y los vientos de la paz trajeron también los vientos de la movilización social… Y venimos a decirle al ELN ¡dejen las armas! El triunfo de Gustavo Petro es la prueba de que la violencia política no tiene ninguna justificación, el camino es la Paz y es ahora. 

Igualmente el dignatario del Poder Legislativo sostuvo que: “Y a los narcos les decimos en aras de una paz total: ¡Dejen de matar! No habrá ánimo en el Congreso para avanzar en nuevas formas de sometimiento a la justicia si siguen asesinando líderes sociales, ambientales y policiales”.

Destacó que “hoy tenemos la obligación de hacerlo mejor que ayer y mejor que nunca. Y eso implica cambios de fondo. ¿Cómo lo haremos? El verdadero cambio. Lo ha dicho este ciudadano hijo del pueblo, este hombre que se convirtió en la voz de millones: el ciudadano Gustavo Petro Urrego que acaba de posesionarse hace unos minutos como Presidente de la República de Colombia, ha dicho él: el verdadero cambio son las reformas. Por supuesto que las reformas implican una gran responsabilidad de quienes aquí estamos. Esta es una sesión de Congreso Pleno de Colombia al aire libre y este Congreso es responsable de ese cambio, porque es el llamado a hacer esas reformas. Pero tiene también un mandato. El mandato del equilibrio, es una antinomia que parece imposible pero que es indispensable. El cambio es lo contrario a la estabilidad, pero medio país exige el cambio y lo merece. Y otro medio país quiere estabilidad, garantías y equilibrio”. 

Para Barreras se requiere “unas reformas que garanticen la institucionalidad, pero que garanticen también el cambio. Unas reformas que canalicen el deseo popular, que no implica destruirlo todo, sino construir sobre lo construido, pero en algunos casos demoler para reconstruir nuevos cimientos sociales. No será fácil, tenemos que responder a unas enormes expectativas, en medio de un gran déficit y un gran endeudamiento”. 

Planteó además que “tendremos también que garantizar la independencia del Congreso frente al ejecutivo. Porque sin independencia no hay democracia, hoy amenazada en el mundo por utopías autoritarias y por el atropello de la post verdad, lo que Chul Han ha llamado una sociedad aturdida por el frenesí de la desinformación como fuerza destructora, que deteriora la democracia y los derechos y nos devuelve a una sociedad del miedo y del odio, de la xenofobia, del racismo, de comportamientos tribales”. 

Barreras, sostuvo que “hemos venido a cumplir un mandato popular. A superar esta historia de la guerra y esta cultura de la muerte. A decirle al mundo que mientras otros países invaden, contaminan, consumen drogas y luego prohíben, castigan y abandonan sus compromisos climáticos, hacen la guerra y se ufanan de ser potencias de la muerte, COLOMBIA está decidida a convertirse en una potencia mundial de la vida”.