La niña de 9 años Valentina Foresca, desaparecida el pasado jueves mientras pasaba el confinamiento en casa de su padre en portugal, fue encontrada muerta en un bosque de eucalipto.
La niña vivía en Atouguia da Baleia, en una región en el norte de Lisboa, con su padre de 32 años y su madrastra de 38.
Pese a que la niña estaba cumpliendo las reglas decretadas por el gobierno portugués durante la pandemia del coronavirus, ella misteriosamente desapareció. La policía judiciaria encontró el cadáver de la niña a pocos kilómetros de la casa.
El padre de la niña junto con su esposa han sido detenidos por un presunto asesinato y ocultación del cadáver.
El coordinador del operativo policial, Fernando Jordão, explicó en una rueda de prensa que los indicios dan evidencia de que el asesinato habría sido premeditado y la niña habría muerto el miércoles por la noche en casa del padre, luego de matarla habrían trasladado el cuerpo la niña «posiblemente» con el auto hasta el lugar donde fue encontrada. Se descarta que la niña haya sufrido de abuso sexual y las causas de su muerte aún se desconocen.
El padre mantiene la versión que dio desde el principio. Y asegura que Valentina salió con su pijama rosa de casa por propia voluntad.
Este lunes el padre de la niña junto con la madrastra pasarán a disposición judicial.