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Mujeres embarazadas y madres primerizas deben desarrollar un sueño apropiado

· Estudios han demostrado que las madres experimentan una mayor insuficiencia al dormir, tanto en el embarazo como después del parto. · Algunos de los factores más comunes son el aumento de la presión arterial, estrés, fatiga y dolor de espalda debido al aumento de peso.

Smiling young pregnant wife lying in bed with her husband in the bedroom, man is lying on her belly
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El 70% de las mujeres gestantes pueden llegar a tener trastornos del sueño, tales como una excesiva somnolencia durante el día o presentar insomnio. En gran parte se debe a que se producen cambios hormonales y fisiológicos propios del embarazo. Cuando nace un bebé, las madres -en general- tienen problemas para lograr un sueño adecuado, donde estas dificultades pueden generar trastornos del estado de ánimo y ansiedad.

El sueño como comportamiento reparador de salud, es una parte esencial de la vida de cualquier persona. Un evento particularmente impactante en casi todos estos aspectos del sueño humano es la paternidad, donde el cuidado de los recién nacidos ocurre a expensas del cambio en los hábitos de sueño de ambos padres, pero la madre es -particularmente- vulnerable.

Según expertos de Emma Sleep, los primeros síntomas a los que se debe estar atento por las alteraciones del sueño, son la dificultad para conciliar el sueño debido a cambios hormonales y fisiológicos, los cuales aparecen en el primer trimestre del embarazo y empeoran hacia el final del mismo. De igual manera, aparecen síntomas como aumento de la presión arterial, estrés, fatiga y dolor de espalda debido al aumento de peso.

En promedio, las mujeres duermen una hora menos después del parto, a los tres meses después del nacimiento, los déficits de sueño y los síntomas conductuales relacionados con el sueño comienzan a mejorar, pero un estudio longitudinal demostró que la reducción de la satisfacción y duración del sueño materno pueden continuar hasta seis años después del parto.

Teniendo en cuenta el impacto significativo en la salud y el efecto duradero de las alteraciones del sueño, es importante prestar especial atención a este aspecto durante y después del embarazo.

Los expertos en sueño indican que existen varias estrategias que ayudan a mitigar el problema; por ejemplo, dormir cada vez que el bebé también lo hace, acostarse antes de lo habitual y establecer una nueva rutina de acuerdo con los patrones de sueño del bebé. De igual manera, se recomienda hacer ejercicio durante el día o utilizar técnicas de relajación, estas últimas son una herramienta para conciliar el sueño más fácilmente en las noches.

Es importante asegurarse de aprovechar al máximo el tiempo limitado para dormir, además es fundamental contar con un colchón cómodo. Invertir en un colchón nuevo -incluso- al inicio del embarazo es una buena idea, especialmente si el anterior ya tiene varios años de uso.

El cuerpo materno pasa por cambios rápidos debido al crecimiento del bebé y se cree que la posición más cómoda para dormir durante la gestación es lateralmente sobre el lado izquierdo con las rodillas dobladas, una posición que ejercerá una presión adicional sobre los hombros y las caderas, ya que a medida que el útero crece, se necesita más apoyo para aliviar la presión mientras se duerme. Por lo tanto, es relevante que el colchón pueda ofrecer apoyo a diferentes tipos de cuerpos y posturas mientras se descansa.

El colchón insignia de Emma Sleep, el Emma Original, está diseñado para adaptarse a los diferentes tipos de cuerpos y fue elaborado para brindar un soporte corporal gracias a su composición única, además de ser totalmente de espuma que puede aliviar la presión y modelar el cuerpo gracias a su capa de espuma viscoelástica, mientras que la capa de material HRX asegura el soporte óptimo y una alineación de la columna vertebral a diferentes formas corporales.

Para cerrar, se recomienda a las madres y mujeres gestantes, cenar temprano, evitando acostarse sin haber hecho la digestión; beber poco líquido, si no se bebe nada después de la cena, es mejor; al igual que evitar consumir alimentos o bebidas energizantes o que alteren el organismo como el café, té o refrescos con cafeína, que por lo general, son productos que alteran el sueño.

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