La frustración de una ciudadana samaria por los constantes cortes de energía en su hogar terminó convirtiéndose en una escena que rápidamente se volvió viral: armada con una bolsa de carnes podridas, ingresó a una oficina de la empresa Air-e y desató su enojo frente a empleados y clientes que nada pudieron hacer ante el inesperado episodio.
La escena: carne dañada y gritos de protesta
Los hechos ocurrieron en el centro comercial Arrecife, en Santa Marta. Según versiones de testigos presenciales y videos compartidos en redes sociales, la mujer irrumpió en el punto de atención al cliente con una bolsa en mano, que contenía carnes en evidente estado de descomposición. “¡Esto huele como el servicio de ustedes!”, exclamó con vehemencia mientras lanzaba el contenido en plena oficina.
La ciudadana denunció que, a pesar de tener su factura de luz al día, llevaba varios días sin el servicio. “Llamé cinco veces, y nadie ha ido a ponerme la luz”, dijo antes de arrojar la carne sobre el piso. La protesta, simbólica pero impactante, fue registrada por otros usuarios que se encontraban en el lugar y que no tardaron en compartir los videos en redes sociales.
Reacciones encontradas
El episodio generó reacciones divididas en plataformas digitales. Mientras unos aplaudieron la acción como una muestra de inconformismo legítimo ante un servicio deficiente, otros la criticaron por afectar a empleados que no son directamente responsables de los cortes. Lo cierto es que la protesta evidencia el creciente malestar de la ciudadanía frente a la empresa Air-e.
Una empresa en crisis
Cabe recordar que desde agosto de 2024, Air-e se encuentra bajo intervención estatal por parte del Gobierno Nacional debido a su crítica situación financiera. La medida fue tomada tras detectar múltiples incumplimientos en sus obligaciones operativas, atrasos en el plan de inversiones y cuatro trimestres consecutivos con indicadores económicos negativos.
El agente interventor, Edwin Palma, ha señalado en varias ocasiones que la empresa afronta una grave crisis de liquidez que afecta directamente su capacidad de respuesta frente a los usuarios. A pesar de los esfuerzos del Ministerio de Minas y Energía para sacar a flote la operación, la realidad es que los cortes de luz continúan siendo una constante en varios sectores del Caribe colombiano.
El impacto real: comida dañada y derechos vulnerados
Más allá del espectáculo viral, la protesta de esta ciudadana refleja una problemática estructural que afecta a miles de hogares: la pérdida de alimentos debido a la interrupción del servicio eléctrico. En sectores populares donde la refrigeración de la comida es vital, cada apagón representa no solo una incomodidad, sino una amenaza directa al sustento familiar.
En LaVibrante.com seguiremos acompañando de cerca esta historia, escuchando tanto a los ciudadanos como a las autoridades, porque detrás de cada acto de protesta hay una necesidad urgente de respuestas y soluciones reales.