Durante 11 días cientos de manifestantes se tomaron varias ciudades de Ecuador protestando contra el decreto 883 que eliminaba los subsidios a los combustibles, así, Quito se convirtió en un escenario caótico y desolador.

Después del acuerdo alcanzado con el gobierno de Lenín Moreno y sin esperar a que los servicios públicos de limpieza realizaran la tarea de recoger los escombros dispersos por el centro de la ciudad, la gente de Quito salió este lunes a recoger, con escobas, palas y mascarillas en la boca, los escombros que dejaron las violentas protestas.

En la labor comunitaria que se realizó de manera conjunta y gratuita participaron los manifestantes que habían destrozado el mobiliario urbano de la capital. Los voluntarios barrieron, borraron grafitis de las paredes, recolectaron basura, recogieron los ladrillos del pavimento para colocarlos de nuevo en su lugar, entre otras acciones para restaurar la ciudad, cuyo centro es patrimonio cultural de la humanidad desde 1978.