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‘Lo aclamamos y cuente con nosotros’, le dijo doña Genoveva, la vendedora de chance que recibió al Presidente Petro en su casa del barrio Palenque de Quibdó

• “Necesitamos ayuda, que nos ayude. Y sé que, con usted, con el poder de Dios, nos va a ayudar”, le dijo doña Genoveva.

‘Lo aclamamos y cuente con nosotros’, le dijo doña Genoveva, la vendedora de chance que recibió al Presidente Petro en su casa del barrio Palenque de Quibdó
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“Bienvenido, Señor Presidente. Lo aclamamos y cuente conmigo en todo su recorrido como el actual mandatario de los colombianos: Su amiga, familiares y seguidores nuestros”.

Con este mensaje, escrito con trazos negros en un pliego de cartulina de fondo azul y pegado a la puerta de entrada, Genoveva Palacios dio la bienvenida a su casa, en el barrio Palenque de Quibdó, al Presidente Gustavo Petro.

El Jefe de Estado culminó así la visita a la capital de Chocó, donde encabezó el primer consejo de seguridad de su mandato, analizó la situación que vive esa zona del país y esbozó su plan de Gobierno para la protección de las comunidades, con medidas que permitan enfrentar los índices de inseguridad, brindar oportunidades a la juventud y mejorar la convivencia ciudadana.

“Hay que construir una economía que genere riqueza para la sociedad chocoana, mediante un modelo de desarrollo sostenible”, explicó el Presidente Petro a doña Genoveva mientras disfrutaba de un café ofrecido por su anfitriona. Con ellos estaban el Ministro de la Defensa, Iván Velásquez; y el Gobernador encargado del Chocó, William Halaby Palomeque.

También manifestó que su política pública social en Colombia va a comenzar en las regiones más pobres y excluidas del país y que el Litoral Pacífico es una prioridad.

No en vano, le dijo a esta mujer afro, vendedora de jugo de naranja y de chance, de 45 años y víctima de la violencia en esa región, que su situación, muy similar a la de millones de colombianos, lo llevó a lanzar en el Chocó la Política Integral de Seguridad Humana por la paz y la defensa de la vida para los territorios del país.

Doña Genoveva hizo parte del grupo de invitados especiales a su posesión el pasado 7 de agosto. El Mandatario la visitó cumpliendo la promesa que le hizo dos meses atrás, siendo aún candidato, de responder sus inquietudes frente a la forma como va a trabajar por la paz y el bienestar de la juventud en Colombia.

En esa oportunidad, Genoveva y el ahora Mandatario de los colombianos hablaron de cómo la violencia en la región le arrebató a su esposo, hace dos años, y a uno de sus hijos, doce meses después. Ella también aprovechó para decirle lo que esperaba de él como Presidente de la República.

“Yo espero del doctor Gustavo Petro un gobierno de cosas maravillosas, cosas grandes y buenas como la paz, que le permitan salir al país de la guerra y de la extorsión, que ayude a la gente de bajos recursos, que mire a los de abajo con mejores posibilidades de estudio, de trabajo, de educación gratuita y de salud, que no deje que los recursos se desvíen”, reiteró la mujer en este nuevo encuentro, recordando su conversación inicial.

Petro le contestó que va a trabajar por un “modelo de desarrollo sostenible, no solo para el Chocó, sino para todas las regiones del país que, al igual que en ese departamento, padecen la marginalidad y la falta de oportunidades.

Genoveva también espera que el Jefe de Estado trabaje por la juventud envuelta en la delincuencia y en las drogas.

“No queremos ver a más madres llorando por sus hijos asesinados, como me pasó a mí. Abra un diálogo con esos jóvenes para sacarlos de la guerra con oportunidades de estudio y de trabajo”, clamó. Y como ejemplo, contó lo sucedido el miércoles 10 de agosto, un día antes de su visita, cuando una bomba explotó en pleno centro de Quibdó.

“Acabe con la extorsión. Tenemos riqueza, pero hay que saber cómo explotarla”, añadió. El Presidente Petro no solo estuvo de acuerdo con ella, sino que le comentó proyectos como la posibilidad de poner en marcha un ferrocarril para el Pacífico colombiano, que atraviese la región chocoana, y un mayor fomento del turismo.

Mientras el Presidente explicaba sus proyectos, todos los vecinos de doña Genoveva y de los barrios circundantes de esa zona deprimida de Quibdó se aglomeraban en la entrada de la humilde vivienda de madera gritando vivas a Petro. Ni la copiosa lluvia pudo ahuyentar a los miles de personas reunidas. En sus manos exhibían cartas con sus mensajes al Jefe de Estado.

Todos coincidieron en lo mismo que doña Genoveva le expresó al Presidente, mientras él le estrechaba su mano: “necesitamos ayuda, que nos ayude. Y sé que, con usted, con el poder de Dios, nos va a ayudar”.