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La penitenciaria Central de la Picota se esta quedando sin cupos

Las encuestas revelan que la inseguridad en las calles prima sobre otros problemas

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La inseguridad en las calles es percibida como el problema más preocupante por casi seis de cada diez jóvenes. Este hallazgo indica que la seguridad se ha convertido en una preocupación prioritaria para esta población. 

Es importante tener en cuenta que la percepción de los problemas puede variar según la región o el contexto socioeconómico en el que se encuentren los jóvenes encuestados. Sin embargo, la inseguridad en las calles es un tema que afecta a muchas sociedades en diferentes partes del mundo. 

La falta de empleo y el acceso limitado a la educación superior también son preocupaciones relevantes para los jóvenes, pero es interesante notar que la inseguridad ha sido señalada como el problema más acuciante. Esto puede indicar una sensación de vulnerabilidad e inquietud en relación con la violencia urbana y los delitos en las comunidades. 

Los resultados de esta encuesta pueden ser útiles para los responsables de la toma de decisiones en términos de políticas públicas. Puede impulsar la implementación de estrategias enfocadas en mejorar la seguridad ciudadana y abordar las preocupaciones de los jóvenes en este aspecto. 

Las acciones por parte del actual gobierno generan todo tipo de preocupaciones al dejar que los reclusos con delitos “menores” como lo son el hurto, reduzcan sus condenas para la reestructuración penitenciaria.  

Se estuvo discutiendo durante el transcurso de la semana el problema con el hacinamiento en cárceles. Un ejemplo de “Penitenciaria Central La Picota”, que requiere una cantidad de 3.000 cupos para ser más efectiva.  

La alcaldesa Claudia López sigue prometiendo tomar cartas en el asunto, pero se ha quedado en un conjunto de promesas vacías sin planes de acción real.  

Los recientes hurtos han generado controversia en todo el país, provocando el miedo colectivo y el desvanecimiento de la presencia de personas en las calles. Dejar que miles de reclusos salgan como si nada por el poco espacio en las cárceles deja un mensaje que por primera vez no se lleva divulgando en Colombia. Y es que la verdadera justicia no hace parte de la cotidianidad colombiana.