La administración de la Casa Blanca declinó hacer comentarios el viernes 19 de abril sobre el supuesto ataque llevado a cabo por Israel en Irán durante la madrugada, el cual, según los medios estadounidenses, habría sido realizado mediante el lanzamiento de misiles, aunque el Gobierno israelí no ha reconocido oficialmente dicha operación. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue interrogada repetidamente durante una conferencia de prensa sobre la información y la postura de Estados Unidos respecto a este evento, pero optó por no ofrecer comentarios al respecto.
Previo a esto, en una conferencia de prensa tras la conclusión de la reunión del G7 de Exteriores en la isla italiana de Capri, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, simplemente afirmó que su país «no está involucrado en operaciones ofensivas» contra Irán, y destacó que están trabajando para mitigar la escalada del conflicto en Oriente Medio.
Por su parte, las autoridades israelíes también han optado por el silencio tras el supuesto ataque aéreo a la ciudad iraní de Isfahán, situada muy cerca de la principal central nuclear de Irán en Natanz.
Mientras tanto, en Irán parece reinar la normalidad tras el ataque, el cual no causó daños pero sí provocó una alarma inicial que llevó al cierre temporal de cuatro aeropuertos, los cuales más tarde reanudaron sus operaciones.
Este ataque se produjo como respuesta al lanzamiento de 300 misiles y drones por parte de Irán contra Israel el fin de semana anterior, en represalia por el ataque israelí al consulado iraní en Damasco a principios de mes.
