La calidad del agua de los ríos de la región costera de Brasil llegó en 2023 a su mejor nivel en ocho años, aunque ninguno de los afluentes analizados alcanzó un estado óptimo, informó este jueves la ONG SOS Mata Atlântica.

El 85 % de las muestras examinadas presentó una calidad buena o regular, frente al 15 % que registró una calidad mala o pésima de agua, es decir, que no puede ser utilizada para suministro humano ni para practicar actividades de ocio, según el informe de la ONG ambientalista.

Los resultados, basados en muestras de agua recogidas en 129 ríos en 16 estados del país, representan una mejora respecto a los de 2022, cuando un 82 % de los puntos analizados indicaron una calidad buena o regular y un 18 %, mala o pésima.

En 2016, primer año de esta medición, un 35 % de los trechos examinados tenía calidad mala o pésima y apenas un 65 % mostraba agua buena o regular.

Pese al avance, la ONG apunta a que los ríos de la Mata Atlántica, como se conoce el bosque tropical que bordea la costa, se encuentran en un estado de «fragilidad» debido a las «precarias» condiciones de saneamiento básico, con menos de la mitad de la población con acceso a ese servicio.

«Vemos una tendencia de mejora, pero el cuadro de alerta en relación a los ríos de la Mata Atlántica persiste», aseguró el coordinador de la iniciativa, Gustavo Veronesi, en un comunicado, en el que también se alertó del crecimiento «desordenado» de las ciudades en la región costera, la más poblada de Brasil.

Uno de los focos rojos de contaminación señalados por el informe es el Pinheiros, río que cruza parte de São Paulo, la mayor ciudad del país, y cuyas muestras de agua indican una calidad pésima pese a los recientes intentos del Gobierno regional por descontaminarlo.

El Tietê, el principal río de la ciudad, también presenta «enormes desafíos en la colecta y el tratamiento de las aguas residuales de las viviendas», dice el informe. EFE