Durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador, la colombiana Ingrit Valencia ganó la medalla de oro en la categoría de 50 kilogramos. Con determinación y orgullo, Ingrit se posiciona como referente en el boxeo femenino, la caucana ha superado todos los desafíos para convertirse en un verdadero ícono de su deporte gracias a su empeño y sus habilidades como boxeadora.

El pasado miércoles, la colombiana ganaría la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos sobre Aylin Jamez de Guatemala por decisión unánime (5-0), sin embargo, Valencia no solo ha obtenido esta victoria, sino que también ha ganado peleas por nocaut en el pasado.

Ha conquistado a los fanáticos del boxeo además de desafiar los estereotipos de género arraigados en el deporte.

«Ese estigma (el machismo en el deporte de los puños) ya se fue. El boxeo femenino es respetado en Colombia. Nos respetan igual que los hombres (y tenemos) el mismo apoyo, las medallas valen lo mismo», dijo la medallista olímpica.

Ingrit Valencia tuvo una vida marcada por la superación y la lucha. Nació hace 34 años en una zona rural del municipio de Morales (Cauca), y se crio en una familia modesta y campesina, tras mudarse a la ciudad de Cali a los 13 años, Valencia descubrió en el boxeo una forma de defensa y empoderamiento cuando se enfrentaba a los acosadores que la atormentaban debido a sus orígenes. Ella dejó atrás la violencia e inspiró a las jóvenes que sueñan con triunfar en el deporte gracias a su valentía y perseverancia, luego de vivir en un lugar en donde le tocaba ver violencia en primera persona.

«El boxeo ha sido lo máximo para mí, ha cambiado mi vida en general tanto en lo deportivo como en lo personal todo se lo debo al boxeo».

Ingrit Valencia no se conforma con la conquista del oro en San Salvador como un logro significativo en su carrera y desea encontrar nuevos desafíos. Quiere contribuir a dejar un legado duradero en el boxeo femenino y abrir más puertas para las generaciones futuras.