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Íngrid Betancourt tacha de «irrespeto» sancionar a escritores por estar contra el Gobierno Nacional

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La excandidata presidencial colombiana Íngrid Betancourt calificó este lunes de «irrespeto» la ausencia de algunos escritores colombianos de la Feria del Libro de Madrid, en la que el país sudamericano es invitado de honor, y señaló que «por pensar diferente» al Gobierno actual del presidente Iván Duque «fueron sancionados».

Betancourt presentó hoy en el evento madrileño, junto al expresidente de Colombia Juan Manuel Santos, el libro «Una conversación pendiente» (Planeta), en un debate moderado por Juan Carlos Torres, que recoge el diálogo entre la política colombiana y el premio Nobel de la Paz.

«En Colombia hay muchas personas que piensan diferente al Gobierno actual y por pensar diferente fueron sancionadas», dijo la colombiana en rueda de prensa en la que aseguró que «que no estén aquellos que nos representan no es sólo un error del Gobierno, es un irrespeto».

Una conversación pendiente que provocó el destino

El autor de «Una conversación pendiente» descubrió las similitudes entre Betancourt y Santos: «Pronto nos dimos cuenta de que el hilo cósmico que une sus vidas es mucho más que una cadena de coincidencias», escribe Torres en el libro.

Fue el mismo Santos, ministro de Defensa durante el secuestro de Betancourt, la primera persona conocida en abrazar a Ingrid tras su liberación en 2008 después de seis años de secuestro: «Nos abrazamos con un sentimiento de emoción, de amor (…) la tomé de la mano y le pregunté que quería, y me dijo un cigarrillo y un yogurt», dijo hoy el expresidente colombiano en rueda de prensa.

Congreso de paz y reconciliación

En el proceso de Paz, Betancourt señaló el principal dilema entre ambas partes como un problema de léxico; mientras que las FARC usaban la palabra «retener», las víctimas reiteraban el uso necesario del verbo «secuestrar».

«Cuando terminó el encuentro durante la Comisión de la Verdad me di cuenta de que no entendían la gravedad, a un lado de la sala estaban las víctimas llorando, en el otro lado ellos estaban chequeando el móvil», explicó emocionada.

Santos dijo que «en la negociación con las FARC después de 50 años de guerra el tema de la justicia transicional es fundamental. Este es el único caso en el mundo donde una guerrilla se reúne con el Estado», y remarcó que «en un proceso de paz nada es perfecto, pero es necesaria esa reconciliación».

Una experiencia transformadora

Las conversaciones entre Betancourt y Santos han tenido un efecto de aprendizaje para ambos gracias a la empatía y admiración mutua. Para la colombiana lo más destacable del expresidente es su bondad: «Poder hablar con un hombre que no se haya dejado contaminar por esas características políticas». Tampoco deja de lado la influencia que el expresidente colombiano tuvo en ella: » La reflexión con él me permitió mirarme de un modo diferente».

Tras la solicitud de conciliación presentada por Betancourt contra el Gobierno de Colombia por su secuestro, fueron numerosas las críticas recibidas, pero reconoce que fue «una consecuencia por haber enfrentado un sistema de corrupción» que pudo entender mejor gracias a la visión de Santos, pues «me liberó en la manera en la que me acerco a mi país».

Santos pudo «analizar con una perspectiva nueva» lo sucedido durante esos años de negociación y describe como un «experiencia muy profunda» la visión de Betancourt, que le ayudó a recomponer las «piezas del rompecabezas»: «Tuve que plantearme las relaciones que tenía con otras personas. Me llenó de vida», concluyó.