Hoy en día, estamos experimentando una nueva era digital, desencadenada por una adaptación forzada que inició en medio de la pandemia. Más de un año después, muchas organizaciones están aprovechando las ventajas que esta era digital trajo frente a los procesos manuales y tradicionales.
Por lo tanto, para muchas compañías, un cambio simple para el mundo digital, llegó con el uso de las firmas electrónicas, las cuales ahorran tiempo y dinero, y además facilitan procesos que antes se realizaban con firmas autógrafas presenciales.
Las firmas electrónicas no son una tecnología nueva, y la gran mayoría de países ya cuenta con leyes que rigen su legalidad y validez dependiendo de la aplicación para la que se usen; esto ofrece a muchas organizaciones, particularmente a las que están en el sector de los servicios financieros, la confianza y seguridad asociadas con las firmas autógrafas presenciales.
Las organizaciones han cambiado la forma en que atienden a sus clientes e interactúan con sus empleados, y las firmas electrónicas son un habilitador del futuro de los negocios digitales en todo el mundo. Las firmas electrónicas proporcionan una sensación de transparencia, eficiencia y seguridad que los métodos de firma tradicionales no pueden ofrecer.