El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha incrementado su presencia y actividades en el suroccidente de Colombia en las últimas 24 horas, provocando zozobra entre la población. Este jueves por la mañana, un grupo considerable de guerrilleros del ELN, uniformados y portando armas largas, fue visto en la vía Panamericana entre Cali y Popayán, específicamente en el sector de Pescador.

Esta acción se suma a una serie de eventos ocurridos recientemente. El miércoles, se instalaron banderas del ELN en Cali, y este jueves aparecieron grafitis del grupo en varios puntos de la ciudad. Además, las autoridades investigan una posible maleta bomba en Timbío.

En Cali, una bandera del ELN fue encontrada junto a un cronómetro en un puente peatonal cerca de la estación Calipso del MIO, generando pánico entre los residentes. Sin embargo, la Policía Metropolitana de Cali descartó la presencia de explosivos y retiró la bandera.

En respuesta a la creciente tensión, la Defensoría del Pueblo emitió la Alerta Temprana 016-2024 para el sur del departamento de Casanare, abarcando las poblaciones de Maní, Monterrey, Orocué, Tauramena y Villanueva. La alerta señala el riesgo que enfrentan estas comunidades debido a la disputa territorial entre grupos armados ilegales, incluyendo las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), el ELN y facciones disidentes de las FARC.

La alerta destaca tres escenarios de riesgo principales: el control armado ilegal de las AGC, su accionar violento y la injerencia del ELN y disidencias de las FARC. Se reporta que las AGC han desplazado violentamente a otras estructuras, logrando supremacía en la región y afectando a comunidades rurales y urbanas.

Las autoridades advierten que estos grupos armados están incursionando en sectores de pobreza extrema, generando temor, intimidación y reclutamiento de jóvenes vulnerables. Entre las comunidades en riesgo se encuentran organizaciones comunitarias, campesinas, víctimas del conflicto armado, firmantes de paz, mujeres, servidores públicos, agricultores, ganaderos, sindicalistas, comerciantes, transportadores, docentes y estudiantes.

Esta situación ha puesto en alerta a las autoridades y ha generado preocupación entre la población civil, quienes temen un recrudecimiento del conflicto en la región.