Durante un evento en el que celebraba la aprobación de la Ley del Derecho al Campesinado, el presidente Gustavo Petro anunció que el cese al fuego bilateral con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) comenzaría a partir del jueves 6 de julio. Sin embargo, este anuncio generó controversia debido al reciente secuestro de la sargento Karina Ramírez y sus dos hijos por parte del ELN.
«Ahí aparece el ELN que empieza el cese al fuego mañana, cierto, con nosotros, hablando de un acuerdo nacional», afirmó el mandatario durante su discurso.
Petro abordó temas relacionados con la paz y la igualdad en el país, expresando la importancia de tratar al campesinado con dignidad y otorgarles los mismos derechos constitucionales. Además, hizo referencia a una «Gran masacre paramilitar» que ocurrió desde 1991 y recalcó la necesidad de una transición energética a nivel mundial.
El presidente también mencionó la importancia de la reforma agraria y expresó su deseo de que la base de ese proyecto se encuentre en la región Caribe, en las tierras del Magdalena Medio. Sin embargo, reconoció los desafíos actuales, como la expansión del desierto y la escasez de agua, que dificultan la fertilidad de la tierra.
Petro hizo un llamado a fortalecer el movimiento campesino y luchar por la reforma agraria, así como también mencionó sus propuestas de reforma pensional, laboral y educativa que presentará próximamente.
El secuestro de la sargento Ghislaine Karina Ramírez por parte del ELN en Arauca ha generado indignación debido a la contradicción entre el anuncio del cese al fuego y el acto violento perpetrado por el grupo guerrillero. El padre de la sargento expresó su preocupación y frustración, manifestando la necesidad de buscar a su hija, pero recibiendo consejos de paciencia por parte de las autoridades.
Este hecho ha puesto de manifiesto la complejidad y los desafíos en el proceso de paz en Colombia, donde la seguridad y el bienestar de los ciudadanos siguen siendo una prioridad en medio de las negociaciones con los grupos armados.
