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El Gobierno le da otra oportunidad a la paz con las disidencia de las FARC

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El Gobierno decidió darle una segunda oportunidad a la negociación de paz con la principal disidencia de las FARC y anunció este miércoles la reanudación de los diálogos con el llamado Estado Mayor Central (EMC), un proceso marcado por el escepticismo y la desconfianza.

«Después de dos semanas de la suspensión o receso que decretaron los del Estado Mayor Central para hacer sus consultas y reorganizaciones vamos a retomar las reuniones programadas, particularmente un nuevo ciclo de conversaciones de la mesa de paz», anunció hoy en un video el jefe negociador del Gobierno, Camilo González Posso.

Esta disidencia, incluida en el programa de ‘paz total’ del presidente colombiano, Gustavo Petro, decidió el pasado 5 de noviembre suspender la mesa de diálogos instalada 21 días antes y la agenda pactada debido a desacuerdos con el Gobierno sobre la presencia de militares en las zonas en las que opera la guerrilla, particularmente en el departamento del Cauca.

«El Gobierno está bastante presionado en este momento porque la política de paz total necesita reorientación en muchas cosas», dijo hoy a EFE la subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), Laura Bonilla al comentar el anuncio de González Posso.

Hace una semana, en una entrevista con EFE, alias ‘Sebastián Martínez’, uno de los delegados del EMC en el proceso de paz, había asegurado que el diálogo con el Gobierno es «un desorden total que ha generado desgaste» y le reprochó al Ejecutivo los constantes cambios en lo acordado.

En opinión de Tania Luna, catedrática de la Universidad Javeriana de Bogotá, el Gobierno colombiano debe entender el momento y tiene que definir en esta nueva etapa con las disidencias de las FARC cómo se va a manejar el orden en las zonas de presencia de las disidencias y cómo garantizar la vida y derechos de la población.

Paz de todos los colombianos

«No hagamos la paz desde arriba (…) el Gobierno nacional no está negociando solo la paz. Esta tiene que ser la paz de todos los colombianos», puntualizó.

Un aspecto fundamental, según la catedrática, es cuánto va a durar la negociación y qué es lo que se va a negociar, algo que no parece muy claro en el proceso con las disidencias.

También se debe tener claro quiénes van a acompañar, dentro y fuera del país, este nuevo esfuerzo de paz para que «el proceso pueda tener ruta» y la iniciativa pueda tener credibilidad en la gente que ve este diálogo de paz sin dirección.

En ese sentido, Bonilla subraya que Petro debe «articular, arreglar algo dentro del propio Gobierno, para que el sector de la paz y el sector de Defensa estén perfectamente alineados».

«La voluntad de paz es un argumento político, enteramente político», dijo la experta, quien puntualizó que «en los grupos armados ninguno tiene voluntad de paz hasta que se sientan a la mesa. O sea, tienen voluntad de sentarse a negociar (…) todo grupo armado en la historia de los procesos de paz en el mundo se sienta con un brazo atrás guardando algo».

Organización y claridad

Lo que debe hacer el Gobierno, según Bonilla, es organizar la mesa de negociación para «convencer a ese grupo que efectivamente la paz es la mejor opción», como lo demuestra la desmovilización de más de 13.000 guerrilleros gracias al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 por el Gobierno y las antiguas FARC.

Bonilla considera que en estos momentos los diálogos de paz con la mayor disidencia de las FARC están en una fase de mucha desconfianza y que al reiniciarlos «la conversación va a ser muy difícil».

En este contexto, el EMC ya le pidió al Gobierno «adoptar un método claro de trabajo» para superar esta «crisis», señaló ‘Sebastián Martínez’.

El comienzo de la nueva ronda de diálogos, según González Posso, coincidirá con el séptimo aniversario de la firma del acuerdo de paz con las extintas FARC, que se celebrará el próximo 24 de noviembre. EFE