Publicidad

El departamento de Antioquia se proyecta como inspirador de los cambios requeridos para una alimentación sostenible al 2030

WhatsApp

La Gobernación de Antioquia hizo oficial su hoja de ruta de la estrategia Nueva economía de la alimentación y uso del suelo – FOLU Antioquia, una apuesta que lidera la Secretaría regional y sectorial de Desarrollo Económico, para la transformación de sus sistemas alimentarios en motores de desarrollo y equidad que, en la línea con la Agenda Antioquia 2040, contribuya a una recuperación económica verde que beneficie a las personas, al planeta y al cambio climático. En el evento presidido por Luis Fernando Suárez Vélez, gobernador (e) de Antioquia, Ole Reider Bergum, consejero de Clima y Bosque de la Real Embajada de Noruega y la participación virtual de Agnes Kalibata, enviada especial del Secretario de Naciones Unidas para la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021, se enfatizó en la importancia de este esfuerzo que convierte a Antioquia en inspirador mundial para impulsar los cambios que se requieren para una alimentación sostenible desde los territorios.

Para Suárez Vélez, la ruta FOLU le apunta a los dos propósitos superiores de Antioquia como son el cuidado, la defensa y la protección de la vida y una Antioquia más equitativa, e invitó a que las líneas de acción de este rumbo que se quiere dar a la alimentación en el departamento, se integren a los temas transversales del gobierno Unidos por la vida como, la declaratoria de la Emergencia Climática, a la Agenda 2040 y a la Gran alianza por el empleo en Antioquia.

Antioquia ha sido por excelencia y tradición uno de los departamentos que más produce alimentos en el país. Sin embargo, el aumento en los conflictos por uso en sus suelos, la pérdida de ecosistemas y los rezagos en la forma de producir, transformar y consumir, plantean grandes desafíos para la sostenibilidad de sus sistemas alimentarios.

El 64% de los alimentos que consumen los antioqueños provienen de otras regiones del país y son los pequeños y medianos agricultores los que proveen el 56 % de los alimentos que se consumen en el departamento. Aunque Antioquia tiene la capacidad de producir alimentos sanos y nutritivos, el 67% de los hogares poseen inseguridad alimentaria y los índices de obesidad (36%) y sobrepeso (22%) están creciendo según la última encuesta ENSIN (2015).

La hoja de ruta FOLU Antioquia presenta acciones concretas para revertir estas tendencias, a través de cuatro ejes estratégicos y cuatro ejes transversales y ofrece soluciones y caminos para la transformación de una agricultura convencional a una agricultura regenerativa que garantice resultados positivos sobre la naturaleza y la sociedad. Sus estrategias están encaminadas a lograr dietas saludables a través de la producción y la generación de confianza para la consolidación de acuerdos entre diferentes actores, que evidencien que el cambio no sólo es necesario, sino alcanzable.

Para Maritza López, Seres de Desarrollo económico de la Gobernación, la motivación de emprender esta ruta es el potencial medioambiental del departamento: “Nosotros creemos y lo vemos en todo lo que hacemos que el mayor activo, la mayor ventaja competitiva y quizás la única ventaja competitiva que tiene Antioquia es su capital natural y ese capital natural puede ser la palanca que nos mueva hacia un futuro mucho más equilibrado y próspero”. Para ella, una mirada diferente al activo natural de Antioquia nos llevará a una nueva dimensión de desarrollo con más equilibrio, más porvenir y futuro.

La construcción de la hoja de ruta ha sido guiada por un grupo gestor conformado por instituciones públicas y privadas. Partió de un diagnóstico integral de las dimensiones de los sistemas alimentarios, identificando retos y oportunidades y su formulación se logró consolidar a partir de su validación y retroalimentación con más de 220 actores y organizaciones, quienes participaron en diversos espacios, nutriendo el proceso con ideas innovadoras.

La apuesta de Antioquia es lograr que los sistemas alimentarios del departamento aporten a la conservación de la biodiversidad, la restauración de los suelos, la protección del agua dulce, la generación de empleo, el aumento de la seguridad alimentaria y el mejoramiento de la resiliencia climática y la estabilidad social y económica.

Ole Reider Bergum, consejero de Clima y Bosque de la Real Embajada de Noruega, dijo que “la motivación de Noruega para apoyar la hoja de ruta FOLU parte del convencimiento que tenemos del potencial de Colombia para transformar sus sistemas alimenticios, creemos que es posible lograr un mejor uso del suelo, así como la conservación de la vasta riqueza natural del país”.

Agnes Kalibata, enviada especial del Secretario de Naciones Unidas para la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021, conectada virtualmente desde África, destacó que esta ruta constituye un diálogo cuya importancia es la inclusión y que en las decisiones y acciones que se tomen radica el buen desarrollo de los sistemas de Alimentación.