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Despedir a una mascota, un momento importante para toda la familia

Con el paso de los años los animales han ocupado un lugar más importante en nuestras familias.

Family in a summer park. People sitting with a dog. Parents with a two daughters
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Esta práctica de apego a un animal doméstico y, en muchos casos no tan domésticos, es de las más antiguas. Desde el comienzo mitológico de muchas culturas ha existido cierta veneración a todo tipo de animales por el asombro y respeto hacia las habilidades que tienen. En el mundo moderno, el animal ingresó al campo familiar por sus capacidades privilegiadas para la protección y la facilidad de crear vínculos de obediencia con sus amos.

Las mascotas en la vida contemporánea, para muchas personas, han llegado a ocupar espacios más que relevantes. ¿Quién no recuerda a su mascota de infancia y, sobre todo, a qué padre o madre no le han pedido un animalito como compañía? Los animales han llegado a servir para actividades tales como el cuidado familiar, el acompañamiento a personas con discapacidades o al apoyo logístico. Por ejemplo,en siniestros, aportan en ubicación o rescate y en los hospitales para terapias con niños. Pero lo más importante es el soporte emocional que brindan.

Es difícil diferenciar si hay personas especiales con mascotas exóticas o hay animales especiales para personas exóticas. Claros ejemplos de estas relaciones han sido: Ramsés II quien tuvo un león llamado “Invencible”, algo poco usual entre sus gatos, perros y monos. Carlo Magno tenía en su Corte a un elefante albino que recibió como regalo en su conquista por Asia; El Emperador Hongwu de la dinastía Ming siglo XIV, fue el primero en tener peces como mascotas. Para el caso moderno, Leonardo DiCaprio y su tortuga gigante de toda la vida o Slash con su serpiente de 3 metros.

Sea el caso que sea, nadie puede negar que en el momento en que estas mascotas mueren, el vacío y la soledad que dejan puede equipararse a la pérdida de un ser querido. Inclusive, para muchos, el primer amor no es otra persona sino una mascota, aquella que los acompañó en la vida y que les trae recuerdos inmemorables.

Y es que las cifras revelan esta verdad, en la actualidad 7 de cada 10 hogares tienen o han tenido una mascota. Por lo general el promedio de tiempo que se dedica a estos animales sobrepasa los 2 años, tiempo suficiente para crear un lazo afectivo entre la mascota y los humanos a su cuidado.

¿Qué pasa cuando esta mascota tan querida muere?

Desde la psicología se ha llegado a estimar que el duelo por la pérdida de una mascota es igual a la de un amigo. También se menciona que no realizar un ritual propio de despedida acrecienta el trauma sobre todo en los niños. En Colombia esta preocupación es tomada como una necesidad y por ello existen servicios exequiales y funerarios que intentan apoyar a las personas en este momento tan vulnerable.

Al momento de morir, a parte del dolor que esto puede causar, se le suma la preocupación de qué hacer con el cuerpo del animalito. Dejarlo en un espacio inadecuado no es algo digno para un ser que nos regaló momentos de alegría en la vida y sobre todo no es una práctica medio ambiental ni legal que favorezca. Según un decreto de Secretaria de Salud, los animales deben ser cremados, de ahí que expidiera una orden para no crear cementerios animales en urbes pobladas del país, definiendo además el proceso de hidrolisis alcalina.

Actualmente, la mayoría de las funerarias ofrecen servicios de cremación con dos variables: la grupal y la individual. La cremación individual será siempre un poco más costosa, pero a la vez más respetuosa. Una cremación grupal está en promedio entre 150.00 y 250.00 mil pesos y una individual entre los 300.000 y 700.000 según el tamaño y peso de la mascota.

Las cremaciones se deben realizar por hidrolisis alcalina y no en la forma tradicional de quema del cuerpo, por eso la cremación individual tiene un valor más alto ya que una sola persona debe pagar por este servicio. Una buena opción para afrontar este gasto sería adquirir uno de los diferentes planes exequiales para que el día de la muerte de su mascota ya todo este planeado y asegurado. Estos planes de previsión están alrededor de unos 10.000 pesos mensuales.

En el sector se encuentran ofertas comerciales que van de principio a fin, es decir, desde la recogida de la mascota en el lugar y ciudad indicada, hasta la ubicación en sala de velación por unas horas, que además incluye un servicio de acompañamiento del duelo. En cada servicio las compañías ponen a disposición de sus clientes diversas formas de homenaje a sus queridos peludos, pues hay opciones como un ataúd especial con la foto de la mascota o cenizarios personalizados. Lo que diferencia principalmente a estas compañías es la atención al cliente, tener o no parques cementerio propios para mascotas y la cobertura nacional.

¿Por qué realizar este tipo de despedida a una mascota?

Según María Ángela Mejía, Directora Corporativa de Mercadeo y Desarrollo del Grupo Recordar, “la mascota es uno de los seres más amados por una familia, puede ser incluso la familia de personas que decidieron que en su estilo de vida sus animalitos serían sus únicos compañeros. Ellos no solo están dentro de nuestra responsabilidad de darles un cuidado especial, sino también de cerrar un ciclo a nivel emocional el cual permita un proceso de resiliencia, con la facilidad de acceder a todo aquello que sirva para rendirles un tributo”.

Consciente de esta necesidad, Grupo Recordar puso a disposición de las personas un portafolio diverso y con la mayor cobertura ofreciendo traslados, homenaje y ritual de despedida, acompañamiento psicológico, servicio ininterrumpido los 365 días del año; recordatorios, caja especial con la huella de la mascota;además de la atención personalizada en tres ciudades del país, Bogotá, Medellín y Cali, lugares muy centrales para quien desee un espacio en donde pueda visitar a esa mascota tan especial.

Por estas y mil razones más, es grato tener un lugar donde la memoria y los recuerdos jamás se pierdan, pues nuestras mascotas nos acompañaron toda su vida, pero nosotros sólo una parte de la nuestra y qué mejor que acompañarlos y hacerles una merecida despedida en su honor.

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