Hoy el DANE entregó el informe sobre el Índice de Precios al Consumidos (IPC) y se confirmaron los peores temores, la inflación para el 2022 alcanzó máximos históricos en lo que va corrido de este siglo con una cifra de 13,12 %, es decir que ese fue el porcentaje en que se encareció la vida de los colombianos en lo transcurrido del año que acabó de cerrar.

Para diciembre la variación de los precios fue de 1,26, por encima de los estimados de los expertos que auguraban un incremento para el último mes del año inferior a 1 punto porcentual, por lo que se esperaba que el IPC estuviera por debajo de los 13 puntos, pero la realidad es que el rubro de alimentos sigue presionando fuertemente al alza el indicador.

El incremento de la inflación no es fenómeno exclusivo de Colombia, sino ha sido generalizado en los países industrializados y en las economías emergentes, sin embargo, en la mayoría de los países que han vivido este fenómeno, ya los incrementos comienzan a ceder terreno, lo que no está sucediendo en Colombia.

Esta cifra implica que el aumento del salario mínimo que tuvo el 2022 y que fue del 10,01 %, la inflación se lo terminó comiendo y encima de todo redujo en 3 puntos porcentuales la capacidad adquisitiva de los hogares colombianos, en ese orden de ideas el salario fijado para este 2023 se convierte prácticamente en una corrección del costo de vida mas que en un mejoramiento de la capacidad adquisitiva.

Esta cifra es casi tres veces el IPC que se registró en el país durante el 2021, donde los últimos dos meses del año mostraron la tendencia alcista que se mantuvo durante todo 2022.

Según algunos especialistas, la cifras no es del todo desalentadora, ya que podría haber sido mucho mas alta porque a muchos de los sectores les subió entre un 20 % y 30 % la producción, pero no transmitieron ese incremento en los productos sino que hicieron ajustes en sus procesos para hacerlos más eficientes.

Esta determinación de los empresarios, en general, ayudó a amortiguar la inflación e impidió que la cifra aumentara mas de lo que subió durante el año pasado, sin embargo, levanta todas las alertas para que desde políticas gubernamentales se amortigüe su incremento y se haga frente a una posible recesión mundial.

El renglón de la economía que lideró durante todo el año el aumento de la inflación fue precisamente alimentos y bebidas no alcohólicas, donde se encuentra gran parte de los productos básicos de la canasta familia.

Los mayores incrementos se registraron en arracacha, ñame y otros tubérculos (109,84%), cebolla (106,81%) y yuca para consumo en el hogar (88,08%), por otro lado los cárnicos en general también tuvieron un incremento importante durante el año, lo que ha llevado a que las familias contemplen otras alternativas diferentes para remplazar la proteína de origen animal.

Este incremento en los precios golpea más fuertemente a los hogares de menores recursos que, además, se han visto en la necesidad de desplazarse mayores distancias con tal de conseguir precios más competitivos, al punto que muchos visitan las plazas de mercado o compran directamente a los productores para poder tener un alivio.

Se augura que para este 2023 las cosas no estarán sencillas por lo que los hogares deberán hacer ajustes en su economía para que el dinero rinda.