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Crónica de una tragedia anunciada: se cumplen 35 años de la avalancha en Armero

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El 13 de noviembre de 1985 a las 8:20 de la noche llegó el fin del mundo para Armero con la erupción del volcán Nevado del Ruiz que cubrió y arrasó inmensas regiones aledañas y remotas por su laderas.

Hubert de Jesús Castaño, miembro de la Academia Pereirana de Historia, recuerda en su cronología a distancia desde Santa Rosa de Cabal, apartes de lo que pasó en aquella fatídica noche. A las 11:00 de la noche fue arrasado Armero por una avalancha quedando cubierto de lodo caliente, a excepción de unas pocas casas y el cementerio. En estos trágicos momentos el alcalde de Armero hablaba con la cadena Caracol, quedando la comunicación interrumpida, alcanzando a exclamar.

Esto se nos inundó. El volcán Nevado del Ruiz tiene tres cráteres; La Olleta que está inactivo, La Piraña y Arenas, en este momento activo. El cráter de la Olleta hizo su última explosión en 1845, en esa ocasión expulsó arena hasta Zarzal, Valle. Además de los ríos del Tolima y Chinchiná se crecieron los ríos Campoalegre y Otún. En Chinchiná existen a orillas del río y de la carretera central, inmensas piedras ígneas como testigos contundentes y mudos de esas erupciones que bajaron por el cauce del río crecido. Quienes desconocen la historia, están obligados a repetirla y eso fue lo que sucedió el 13 de noviembre de 1985.

Las inspecciones de policía de El Bosque en Murillo y Paraburra dieron aviso de la avalancha destructora que iba, pero en Armero no creyeron. El río Lagunilla en su cauce llegó a alcanzar hasta 200 metros de altura, por el cañón por donde corre. De esta tragedia fueron sobrevivientes los santarrosanos Jaime Escobar, agente viajero hospedado esa noche en el hostal de Armero, y Miriam Gómez, bacterióloga del hospital de esa población desaparecida.

Este viernes se cumplen 35 años de la tragedia, quizás la más grande, lamentable y recordada en la historia de Colombia. El Volcán Nevado del Ruiz borró por completo del mapa este municipio al norte del departamento del Tolima.

Se estima que murieron por lo menos 25 mil personas. Debido a la pandemia del Covid-19, este año no se realizarán las actividades habituales, el aniversario de este desastre se vivirá de manera diferente, teniendo en cuenta las restricciones actuales. Los actos protocolarios iniciaron el pasado miércoles en el parque principal de Armero Guayabal, donde se ofició una eucaristía, allí asistieron diferentes personalidades de la región y entregaron ofrendas florales en homenaje a las víctimas.

Con la tragedia en 1.985 murieron o desaparecieron el 94% de la población. El otro 6% se ubicó en la región de Chinchiná. El humo y las cenizas se levantaron hasta 15 kilómetros dejando, además, más de 4.400 heridos que fueron atendidos en hospitales de Cali, Medellín, Ibagué, Manizales, Pereira, Girardot y Armenia.

Dicho humo y cenizas causaron cambios climáticos en la región y alteraciones en el cauce del río Magdalena. En total 5.092 viviendas fueron destruidas, de ellas 4.718 estaban ubicadas en Armero y 374 en Chinchiná. Los damnificados llegaron a los 230.000, las pérdidas materiales fueron estimadas entre 35 mil y 50 mil millones de pesos.

A principios de 1984 se comenzó a notar un aumento de temperatura en el volcán. Posteriormente, desde diciembre de 1984, los campesinos comenzaron a ver morir los peces de la cuenca del Otún, del Recio y de Lagunillas. Además, no solo se veían grandes cantidades de azufre sino que había pequeñas explosiones que antecedieron un incendio forestal. El 11 de septiembre de 1985 hubo una erupción de gases y vapor y lluvia que cayó sobre los municipios cercanos, justo dos meses antes de la tragedia.

A las 4:00 p.m. de ese 13 de noviembre comenzó a caer una leve llovizna sobre Armero. cuatro horas más tarde explotó el volcán, desprendiéndose el 2% de la corona de hielo. Este desprendimiento causó posteriormente el crecimiento de los ríos Lagunilla, Chinchiná, Gualí y Azufrado, causando daños en 210 mil hectáreas. El deshielo llegó y finalmente sucedió lo inevitable, 350 millones de metros cúbicos de lodo y piedras arrasan con Armero.