Con alegría y lágrimas de emoción, ‘Trabajando por los Niños’ se gozó el Carnaval

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Los ojos de los más pequeños brillaron, sus cuerpos bailaron al ritmo de la música y su alegría contagió a quienes tuvieron la oportunidad de ver pasar a estos danzarines plenamente felices por la carrera 53, con sus sonrisas auténticas y una sensación incomparable que, incluso, permitió ver en ellos algunas lágrimas de emoción. La música, los aplausos y los gritos parecían sonar más fuerte en su oídos. Olores y sensaciones que, sin duda, se quedaron anclados para siempre en sus corazones.

Era el Carnaval de los Niños y justo ahí estaban ellos, viviéndolo como lo que son, lejos de las obligaciones y responsabilidades que a temprana edad les fueron impuestas, y cerca de lo que en su etapa deben estar viviendo. Detrás de las vallas, entre el público, en las sillas, estaban otros niños que, al igual que ellos, tienen hoy sueños y oportunidades para hacerlos realidad.

“Nos sentimos orgullosos al ver las sonrisas en sus rostros. Antes eran niños que trabajaban en las calles, hoy son niños ejemplo de perseverancia, de superación, de constancia y de felicidad”, sostuvo la primera dama Katia Nule.

Para los beneficiarios del proyecto ‘Trabajando por los Niños’ estas oportunidades comenzaron a ser visibles gracias al liderazgo de la primera dama, Katia Nule, quien con la Secretaría de Gestión Social se dio a la tarea de erradicar el trabajo infantil en Barranquilla.

Y el proceso inició con el restablecimiento de derechos como salud, educación, recreación entre otros, los cuales se sumaron a una atención integral de calidad en donde el amor y el afecto fueron los principales ingredientes.

Más de 200 niños han sido rescatados y gracias a un trabajo articulado con las secretarías de Educación y Cultura Patrimonio y Turismo hoy están recibiendo la atención que merecen.

Con el eslogan ‘Dile no al trabajo Infantil’, los beneficiarios de ‘Trabajando por Los Niños’ participaron por tercera vez consecutiva en el Carnaval, disfrazados de coloridas marimondas que a su paso derrochaban pura alegría y felicidad.