Este jueves se cerraron las campañas por el Apruebo y el Rechazo a una nueva Constitución en Chile, la cual se decidirá en el plebiscito del domingo tras un año marcado por la rebelión en las calles, la pandemia y el rebrote de la violencia.

«Aquí sí o sí van a venir cambios y lo mejor será sentir que fue gracias a una nueva Constitución que todos votamos o participamos, y no que la hizo un pequeño grupo en dictadura para que otro pequeño grupo siguiera con poder para siempre», dijo a la AFP Alejandra Pizarro, una estudiante Trabajo Social de 23 años, que participó de una actividad de cierre al frente del palacio presidencial de La Moneda en Santiago.

Los cierres de campaña convocados por los diversos partidos y organizaciones tanto del lado del Rechazo como del Apruebo, no superaron las 300 personas, reunidas todas en un clima pacífico y manteniendo las medidas sanitarias impuestas por la pandemia, como el distanciamiento físico y el uso de mascarillas.

Los que Aprueban reemplazar la Constitución chilena, heredada de la dictadura, agitaban banderas nacionales y gritaban «Sí se puede» frente a La Moneda, sede presidencial, mientras al oriente de la capital los partidarios de mantener el actual texto realizaban una caravana.

Chile puso punto final a una campaña electoral de dos meses, marcada por la pandemia, los estragos económicos derivados de la cuarentena y una crisis social proveniente desde el inicio de la democracia, con multitudinarias marchas y graves desmanes, que provocaron treintena de muertos y miles de heridos.

El plebiscito estaba fijado inicialmente para el 26 de abril de 2020, pero la pandemia obligó a postergarlo. Ocho meses después, Chile suma más de 13.700 muertos y ronda los 496.000 infectados por coronavirus, tras un pico en mayo y junio que lo ubicó entre los cuatro países más afectados del mundo.

Desde hace meses este referéndum es considerado la consulta más importante desde la recuperación de la democracia en 1990. El último sondeo de la encuestadora Criteria de octubre reveló que 74% apoya el Apruebo y un 17% el Rechazo, entre un electorado de unos 14,3 millones de personas.