Aunque la característica principal de una fiesta carnavalera es la algarabía, las multitudes y el desorden este año para las fiestas de independencia hubo muy poco de lo mencionado. La decisión de realizar o no la conmemoración del 11 de noviembre en Cartagena se tomó después varios debates y algunos riesgos que  representaba esta fecha, incluso se llegó a escuchar que por segundo año consecutivo la celebración debía ser moderada o en más negativo de los casos cancelada.

Sin embargo, vale la pena resaltar que la ciudad tuvo un comportamiento ejemplar y la organización de cada evento fue adecuada. Aunque por temas de bioseguridad fueron cancelados varios eventos como la batalla de Florez o la prueba de talentos para las candidatas del reinado, los eventos que si se realizaron contaron con toda la organización y protocolos adecuados. A las afueras de cada escenario fue exigido el carnet de vacunación contra el covid 19 y una vez se completó el aforo del 100% no se permitió el ingreso de más personas.

En términos generales se puede hablar de una organización intachable digna para los cartageneros que cumplieron con civismo y cultura, pues a diferencia de otros años n se presentaron riñas ni desorden de orden público, y la asistencia, aunque no fue masiva, representó el sentir del pueblo que 210 años después de aquel histórico momento, sigue celebrando la libertad del yugo español.