PUBLICIDAD

El ballet llegó para quedarse en el corazón de los barranquilleros

WhatsApp

Barranquilla, la puerta de oro de Colombia recibió con los brazos abiertos una vez más uno de los eventos artísticos más significativos del caribe colombiano, el Festival Internacional de Ballet en su séptima edición trajo consigo un número significativo de grupos representativo de está importante danza clásica. Cuba, Panamá, República Dominicana y Estados Unidos fueron los abanderados invitados especiales en esta ocasión, mostrando lo mejor de sus dotes artísticos a través de demostraciones únicas de este baile europeo. 

El auditorio del colegio Alemán de la capital del Atlántico y el teatro José Consuegras Higgins, fueron los escenarios donde los días 21 y 22 septiembre los asistentes pudieron disfrutar de una manera distinta una muestra artística, que para muchos es muy poco reconocida en esta parte del país, sin embargo, los 32 años que cumple la escuela de Ballet Barranquilla corroboran que a pesar de todo, el espacio en la ciudad para muestras de arte como estás, distinta las folclóricas, con perseverancia, constancia y el apoyo adecuado, pueden salir adelante.

Los diversos grupos de baile durante cada una de las noches de presentación mostraron en el escenario lo mejor de sí en el escenario, cada una de las obras presentadas tenían un sello distintivo que hizo sentir a los asistentes variedad y diversidad que hacían del show mucho más a menos y único, en muchas ocasiones inesperado y en muchas otras conmovedor.

El ballet sin duda alguna luego de la realización de este evento llegó a ganarse un lugar en el corazón de los barranquilleros, que posiblemente, en muchos de los casos, llegaron a tener contacto con este arte por primera vez en la ciudad, siendo esto muy importante para generar una buena acogida de festivales como estos, que demuestran la capacidad que tiene la capital del Atlántico de abrazar nuevas formas de arte y de cultura que permiten seguir creciendo en el arduo camino que tiene Barranquilla por recuperar esos espacios culturales perdidos y descuidados en su gran mayoría, esperando ver un nuevo amanecer en ese aspecto para todos los habitantes de la ciudad.