El equipo liderado por Messi dejó la Copa Mundo en octavos de final a manos de Francia, en el estadio donde Rubin Kazaán hace de local, que con un Mbappé descomunal, autor de dos goles, corridas de otro planeta y un gran liderazgo en la cancha, selló una de las jornadas más tristes en la historia del fútbol argentino. El marcador de 4-3 fue vibrante y se decidió hasta el último pitazo.
Tras empezar abajo por un golpe de penal de Antoine Griezmann, el equipo dirigido por Jorge Sampaoli se recuperó en el marcador con el golazo de Angel Dí María (clave para cerrar la primera mitad) y al comenzar el segundo tiempo un rebote de Gabriel Mercado otorgó la ventaja temporal.
La reacción parecía convertirse en un golpe anímico favorable ante una Francia aturdida, pero nada de eso sucedió. Los galos insistieron con Mbappé en el medio de los centrales argentinos, con diferentes cambios de velocidad y la generación de espacios. Todo a un ritmo más rápido y con una facilidad descomunal.
Lo que a la Argentina le costaba dos minutos, Francia lo hacía en segundos. Benjamin Pavard anotó un gol de otro planeta y Mbappé liquidó el pleito. El joven francés se aprovechó de los espacios, pero también de un Franco Armani que exhibió vulnerabilidad. El tanto de Sergio Agüero en el minuto 93 solamente sirvió para decorar el resultado y entregar mayor emoción al partido.
El equipo francés, ya instalado en cuartos, se encuentra a la expectativa de la llave que jugarán Portugal-Uruguay, porque el ganador se verá las caras con los blues para buscar un puesto a semifinales del Mundial.