En un esfuerzo por mitigar el impacto fiscal de los crecientes subsidios a los combustibles, el Gobierno nacional ha tomado la determinación de incrementar de manera gradual el precio del diésel para los grandes consumidores del país. La medida, que será oficializada próximamente mediante un decreto, afectará a cerca de 220 empresas y sectores productivos que representan alrededor del 12% del consumo nacional de este derivado del petróleo.

Según explicó el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, el ajuste obedece a la necesidad de aliviar la carga presupuestaria que ha supuesto la brecha cada vez mayor entre los precios internos del diésel y las cotizaciones internacionales. De acuerdo con cálculos oficiales, esta diferencia asciende actualmente a unos $7.500 por galón.

No obstante, las autoridades han sido enfáticas en aclarar que el alza no aplicará para el transporte de carga por carretera, sector clave para la economía nacional. Los equipos técnicos de las carteras de Hacienda, Minas y Transporte se encuentran ultimando los detalles sobre los porcentajes específicos de incremento que regirán para los grandes consumidores.

Entre los principales afectados por esta medida se perfilan las grandes empresas mineras, agroindustriales, de generación eléctrica y de construcción, todas ellas con un alto consumo de diésel para el funcionamiento de su maquinaria pesada y operaciones.

Desde el gremio empresarial, algunos sectores han manifestado su preocupación por el posible impacto inflacionario que pudiese tener este ajuste en los costos de producción. No obstante, el Gobierno ha defendido la necesidad de esta iniciativa ante la imperiosa necesidad de aliviar las finanzas públicas y garantizar la sostenibilidad fiscal.

En medio de un complicado panorama económico global, las autoridades colombianas han debido recurrir a medidas impopulares pero necesarias para mantener el rumbo y evitar un mayor deterioro de los ingresos del Estado.