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Congo declara fin del ébola en el noroeste del país

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Luego de 2 años de pandemia la nación africana le puso fin, esta pandemia causó al menos 2.280 muertos y 3.463 casos en la zona. Pero aun así, hay alerta por un rebrote.

En una rueda de prensa el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus expresó «con placer anunció el fin de la epidemia de ébola en el noreste del Congo».

Hoy se cumplen 42 días, dos veces el tiempo de incubación del virus, sin que se detectara nuevos contagios en las provincias nororientales de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, requisito que permitió dar como finalizado el décimo brote del virus.

Esta pandemia es considerada como la peor sufrida por el Congo y es la segunda más grave en todo el mundo, luego de haber arrasó África occidental de 2014 a 2016, en la que murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos, aunque la OMS ha admitido que estas cifras pueden ser conservadoras.

“Hoy declaramos la victoria sobre una epidemia duradera en tiempo y espacio y que ha provocado grandes estragos entre la población”, afirmó Muyembe, el director general del Instituto Nacional de Investigación Biomédica del Congo y uno de los investigadores que descubrió en 1976 esta enfermedad vírica de carácter endémico.

El anuncio de este jueves no deja al país libre de ébola, ya que el pasado 1 de junio las autoridades congoleñas informaron de la existencia de un undécimo brote en la ciudad portuaria de Mbandaka, la capital de la provincia de Ecuador (noroeste) y donde en 2018 ya fallecieron de ébola 33 personas.

Hasta la fecha, la actual epidemia en Mbandaka, una urbe de más de un millón de habitantes ha dejado 13 fallecidos y 21 contagios.

El brote del noreste, declarado el 1 de agosto de 2018, aumentó la inestabilidad y vulnerabilidad que desde hace décadas existe en las provincias de Kivu del Norte, donde su contención se vio afectada por la presencia de grupos armados y el rechazo de la población local hacia los equipos de respuesta.

“Sin duda, lo más difícil fue ganarse la confianza y el respeto de la población local a la que queríamos servir”, señaló desde Ituri el coordinador general de Médicos Sin Fronteras Suiza, Alex Wade, quien relató cómo enfermos con síntomas preferían esconderse en sus casas antes que ser tratados por “extraños”.