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Gobernación del Atlántico se unió al homenaje póstumo a Gabriel García Márquez

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Diez lecturas, tomadas de las páginas de ‘Cien años de soledad’, recordaron la pluma del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, en el homenaje póstumo ofrecido ésta tarde en la Plaza de la Aduana.

La iniciativa de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta, con el apoyo de la Gobernación del Atlántico, la Cámara de Comercio de Barranquilla y la Fundación Mario Santo Domingo, surgió al cumplirse 10 años del fallecimiento del afamado escritor colombiano, creador de mágico mundo de Macondo.

El sencillo acto en el que estuvo presente el gobernados Eduardo Verano, quien destacó lo que representó Barranquilla y el Atlántico en la vida de García Márquez (ver escrito anexo), fue al lado de la estatua del laureado escritor en donde fue depositada una ofrenda floral prevaliendo el color amarillo, su predilecto.

El director de la Corporación Luis Eduard Nieto, Clena, Juan José Jaramillo, destacó la trascendencia de García Marque e invitó a las futuras generaciones a mantener vivo su legado, aprovechando la presencia de niños estudiantes invitados de los barrios de Barlovento, La Luz y Rebolo.

“Es nuestra responsabilidad de seguirlo haciendo grande. Barranquilla y el Atlántico tienen buena parte de la historia de Gabo. Aquí tenemos una de las dos únicas estatuas de cuerpo entero, la otra está en Cuba, también tenemos más de 4.500 libros que hicieron parte de su biblioteca personal”, anotó Jaramillo.

La lectura de los 10 pasajes, de la emblemática obra literaria del escrito caribeño, estuvo a cargo de Juan José Jaramillo; director de Clena; el gobernador Eduardo Verano; José Aguirre, director ejecutivo de la Fundación Mario Santo Domingo; Blanca De la Fuente, de la Gobernación del Atlántico.

También participaron Carlos Barraza, Juan Pimienta, y Carlos Montoya, de la Corporación Nieto Arteta; Rosiris Reyes, subdirectora de la Biblioteca Piloto del Caribe; Elizabeth Páez, coordinadora infantil de la Biblioteca Piloto; y cerró el niño Juan Pablo Solarte Herrera, residente en el barrio Barlovento, estudiante de 8 grado de la Institución Educativa Nuestra Señora del Rosario.

PASOS DE GABO EN ATLÁNTICO

El gobernador Eduardo Verano leyó un escrito en el que hizo un resumen de los tiempos de Gabo en la capital del Atlántico:

“Si bien la partida hace 10 años de nuestro Nobel de la literatura Gabriel García Márquez, gloria de las letras universales y el mejor embajador de Colombia ante el mundo, nos produce nostalgia, también lo recordamos con alegría y orgullo Caribe.

Porque eso era Gabo, un Caribe universal que demostró con talento y disciplina cómo se obtiene el éxito retratando su pueblo natal, Aracataca, y los lugares en donde vivió como Barranquilla, Cartagena y Sucre, Sucre. De allí se nutrió, de las historias de abuelos, de leyendas ancestrales.

Es cierto que nos produce nostalgia recordar al Maestro, al creador de un mundo fantástico como lo es Macondo, sin embargo, saber que vivió en nuestra ciudad, que recorrió las calles del Centro y cuando niño residió con su familia en el “Castillo de Boyer” en el Barrio Abajo, donde en una escuelita del sector terminó su primaria. Y no solo la primaria, también cursó dos años de bachillerato en el Colegio San José, frente a la Biblioteca Meira Delmar. Precisamente, en ese colegio, escribió sus primeras letras en una columna, en el pequeño periódico escolar con el título de “Bobadas mías”.

El recordado Café Roma y el Bar Japy disfrutaron de su presencia y lecturas y fue visitante asiduo del desaparecido Teatro Colombia, en la Calle San Blas. Y en La Cueva, ese emblemático punto de encuentro de cazadores y bohemios, compartió con sus amigos del Grupo de Barranquilla.

Una gran muestra de su cercanía y relación con Barranquilla fue que la ceremonia de su matrimonio con Mercedes Barcha se llevó a cabo en la Iglesia del Perpetuo Socorro, en el corazón del barrio Boston, en marzo de 1957.

Sus amigos recordaban siempre que siendo Gabo un joven periodista en El Heraldo lo invitaron a dar un discurso para coronar a la reina de carnaval de Baranoa, en el Atlántico, en febrero de 1950. Y lo citaban porque en su genialidad dio el discurso más corto del mundo: Cuatro líneas.

Saber que todos estos lugares, entre tantos otros, fueron claves en la vida de nuestro Nobel nos llena de orgullo y hoy podemos decir que sus pasos siguen presentes. García Márquez es uno de los grandes valores del Caribe que Colombia muestra al mundo.

«Yo tuve la experiencia personal de disfrutar de la amistad y de los buenos consejos de uno de los grandes amigos fraternos de él, me refiero al entrañable Germán Vargas Cantillo, quien con Cepeda Samudio, Fuenmayor, Obregón y otros tantos intelectuales conformaron el icónico Grupo de Barranquilla. Gracias, querido y recordado Gabo por lo que nos diste y nos seguirás dando a través del tiempo, porque tus letras no tienen fin. Perdurarán por siempre”.