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La OECC de la universidad del norte lanza el estado actual de los estudiantes en las pruebas saber 11

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La revisión del estado de los indicadores educativos, es una herramienta importante en el seguimiento de las acciones tomadas por la administración pública para mejorar las condiciones del servicio de la educación. Por esta razón, el Observatorio de Educación del Caribe Colombiano, OECC de la Universidad del Norte realizó un análisis del desempeño en el área de Lectura Crítica de las instituciones educativas oficiales de la región Caribe, que fueron evaluados en la prueba Saber 11 entre 2016 y 2021. Los resultados revelaron que el porcentaje de estudiantes del sector oficial de los departamentos de la región con niveles adecuados de Lectura Crítica, disminuyó 4 puntos porcentuales en estos cinco años.

 

“Se ha demostrado que la competencia lectora es el cimiento sobre el cual se estructura el aprendizaje de las demás disciplinas y el conocimiento del mundo. Es decir, cuanto mayor sea el nivel de comprensión lectora de un estudiante, mayores serán sus posibilidades de lograr aprendizajes significativos en otras áreas”, destacó Jorge Valencia Cobo, coordinador del Observatorio de Educación del Caribe Colombiano de la Universidad del Norte.

La tendencia a la baja fue similar en el resto del país para el mismo período, sin embargo, el indicador para el caso del Caribe sigue siendo el más bajo de Colombia.

Del análisis por ciudades capitales de la región se destaca:

  • Barranquilla logra el mayor porcentaje de estudiantes con niveles adecuados de lectura inferencial y crítica al culminar la media (57,4%), situándose 4 puntos porcentuales por encima de la media nacional.
  • Valledupar, Montería y Sincelejo llegan a que más del 50% de sus estudiantes alcancen estos niveles, posicionándose muy cerca o por encima del agregado del país.
  • En Cartagena y Riohacha, un gran porcentaje de los estudiantes se clasifica en niveles básicos de comprensión lectora. En estas dos ciudades, 6 de cada 10 estudiantes solo están logrando desarrollar habilidades relacionadas con la comprensión literal de textos.

    El análisis permitió identificar qué variables son comunes entre los estudiantes con bajos desempeños. Se pudo establecer que suelen provenir de hogares con mayor número de integrantes; con padres y madres (cuando los hay) con menores niveles educativos; que están desempleados o con ocupaciones informales de baja remuneración. Así mismo, la mayor parte de estos estudiantes pertenecen colegios públicos que no han logrado implementar la jornada única o completa y tienen menor participación de docentes con formación de posgrado.

    Como consecuencia de la interrupción de las clases presenciales por la pandemia, es previsible que en los próximos años se presente un mayor descenso en los resultados de los estudiantes. “Por esta razón, es necesario poner en marcha programas intensivos de acompañamiento a directivos, docentes y estudiantes, centrados en el desarrollo de la lectura crítica, focalizados en las escuelas con los más bajos desempeños y los primeros grados de la primaria”, indicó Jorge Valencia.

    “Estas intervenciones deben estar basadas en evidencias y concentrarse en algunas instituciones, involucrando en cada una de ellas a los directivos y a un número significativo de docentes. Sólo así, se generará la “masa crítica” necesaria para un cambio en el corto y mediano plazo. Igualmente, se debe avanzar en mecanismos permanentes de evaluación, que permitan la individualización de los problemas de aprendizaje de los educandos, organizando las acciones de acuerdo con estas necesidades específicas”, añadió Valencia.