Este miércoles 27 de enero se cumplen 3 años desde el atentado terrorista en la Estación de Policía del barrio San José de Barranquilla.

A pesar del tiempo, el dolor aún continua vigente en la familia de  Anderson Cano Arteta, Jossimar Márquez Navarro, Freddy López Gutiérrez, Freddy Echeverría Orozco, Yamith Rada Muñoz y Willy Rhenals Martínez, los seis policías que perdieron la vida en este atentado ocurrido en la capital del Atlántico que se lo atribuyó la guerrilla del ELN.

El atentado no solo dejó más de 40 uniformados heridos, sino también  seis hombres, seis padres de familia, seis hijos y seis esposos que ya no están con los suyos, consecuencia del conflicto armado.

La mañana del sábado alrededor de las 6:30 del 27 de enero del 2018 los policías formaban en la parte detrás de la estación, cuando dos cargas explosivas, que fueron ubicadas estratégicamente bajo dos sillas de cemento que  detonaron tras ser activadas a control remoto.

Ningún barranquillero se imaginó que una situación como esta se viviera en el casco urbano de la ciudad. Siempre se pensó que solo ocurría en las llamadas ‘zonas rojas’ de la violencia. Esa mañana, los vecinos del sector que aún dormían se levantaron a raíz del estruendo, la escena en el lugar era dantesca.

La ambulancias no demoraron en llegar al lugar donde reposaban uniformados tendidos en suelo llenos de sangre y acompañados de gritos de desesperación que mostraba lo que era algo parecido a una zona de guerra. Algunos
policías empezaron a ser trasladados a centros asistenciales cercanos en vehículos de la misma institución uniformada.
El mismo 27 se conoció el fallecimiento de cinco policías y no sería hasta una semana después que se daría el deceso del sexto. Fue tal la cuestión que el atentado generó rechazo en todo el país. Incluso la ONU y la OEA se pronunciaron.