Emprendimiento en la construcción de la paz en Colombia

Foto cortesía: Corporación Jonh F. Kennedy
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Los esfuerzos del gobierno, la sociedad y las empresas del país para lograr consolidar el tratado de paz firmado con la FARC, se convierte en el gran reto del final de esta década del segundo milenio.

Cabe señalar que, ante las grandes dificultades económicas, sociales y políticas del momento; especialmente estas últimas, que sufren una polarización que no permite unificar criterios e intereses, se vislumbra en el camino por recorrer hacia la construcción de la paz. Un fervor anhelado por los que fueron parte del conflicto y los que abrazamos la esperanza de un país reconciliado y productivo.

Ante esta visión de futuro, el emprendimiento surge como una herramienta que adquiere suma importancia para la construcción de la paz, aunque los esfuerzos y recursos que se dispongan, no serán suficientes en el corto y mediano plazo. Es necesario fortalecer las políticas de Estado para la promoción, fomento y financiamiento del emprendimiento, pero en especial la articulación e integración alrededor de la institucionalidad gubernamental nacional, regional y local. Vincular al sector empresarial, educativo y la sociedad en general, con el compromiso de la inclusión social, productiva y educativa, lo mismo que la mejora sustancial de la infraestructura de servicios públicos esenciales, para lograr generar nuevos espacios y oportunidades que garanticen su desarrollo.

Existen problemas y riesgos evidentes, que son obstáculos por superar, y que pueden alcanzarse mediante diferentes estrategias, como:

  • Educación y capacitación en mentalidad y cultura del emprendimiento, con énfasis en la asociatividad y con la cooperación efectiva y adecuada a las particularidades locales y regionales, asegurando la sostenibilidad económica, social y ambiental.
  • Creación de fondos especiales para la promoción, fomento y financiamiento del emprendimiento en zonas vulnerables y de concentración de población reincorporada a la vida civil.
  • Políticas de largo plazo para la inclusión y reincorporación social y efectiva de las víctimas y actores de la guerra en el tejido productivo del país.
  • Fomento de la innovación, promovida por el Estado y ejecutada por el sector empresarial y educativo, focalizada hacia la innovación social y el valor compartido.
  • La responsabilidad social empresarial y universitaria, debe ser medida con indicadores de resultados e impactos reales de mediano y largo plazo.
  • Fortalecer la integración, la agremiación y construcción de redes de cooperación y solidaridad en todo el país.
  • Los recursos nacionales, territoriales y de cooperación internacional que el Estado canalice para el posconflicto, deben ser trasparentemente asignados y ejecutados por las instituciones encargadas y por sus beneficiarios.
  • Superación de las brechas relativas al goce efectivo de derechos, el acceso a bienes y servicios (infraestructura, desarrollo social, desarrollo rural, fomento a la productividad y formalización laboral), promoción de la cultura de paz y reconciliación y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales
  • La educación, siempre es la base de la construcción y el cambio positivo de las sociedades, que intentan superar los índices de la pobreza, el analfabetismo y las capacidades laborales y empresariales, elementos claves que brindan mejor bienestar y menos violencia, porque en suma medida garantizan, bienes imprescindibles como la vivienda familiar, la salud pública y el empleo decente.

Según, los lineamientos y estrategias para la implementación de la iniciativa Colombia en Paz, definidos en el documento Conpes 3850/11, establece: “Definición de un marco institucional de coordinación para la operación y financiación de la paz. Mejorar la focalización geográfica y la priorización temática de inversiones públicas, privadas y de cooperación internacional. Fortalecer el monitoreo, reporte y verificación del impacto de las acciones e inversiones realizadas”.

Estas políticas socioeconómicas reafirman la necesidad de un Estado alineado con los principios constitucionales y las normas de derecho internacional humanitario, que puedan garantizar en gran medida la verdadera transición hacia una paz estable y duradera. La consolidación de la paz, solo se hace sostenible en un espacio enmarcado por la justicia, la igualdad y la equidad.

La Corporación John F. Kennedy comprende la importancia y responsabilidad que tiene frente a este reto de país, por eso todos sus esfuerzos y recursos están dirigidos a ser parte integral del cambio y la consolidación de la Paz. Y todo esto a través de la inversión que hacemos actualmente para brindar programas pertinentes y de calidad, accesibles a las nuevas generaciones y comunidades que adolecen de condiciones socioeconómicas, se convierte en su mayor compromiso en el futuro inmediato.

Ven ya y haz parte de una nueva generación, en la John F. Kennedy sabemos que no es solo educación, es formar con el corazón.

 

Por Rafael Alberto Galvis Garzón
Profesional en Derecho y vicerrector Académico
Corporación John F. Kennedy
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